El Calzado en el LARP

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Por Rafa Skyrim

Índice – Base

1º Talla de pie

2º Lo ancho que es el pie al posarse peso en él

3º Lo alto de tu empeine


El calzado

1º La suela

2º El material del que está hecho el resto de la bota

3º Los cordones o correas con/sin hebillas

4º Las plantillas

5º El calcetín

6º El peso

Llevo muchos años usando botas tanto en mi trabajo como en mis hobbys y pretendo exponer las cosas importantes que he aprendido.

El calzado es como los guantes, o te van bien o se convierten en un lastre que dificulta nuestra experiencia. Si te aprieta no podrás mover la mano con libertad y si te sobra no tendrás un buen agarre, con las botas es muy similar.

Al igual que con las manos no hay dos pies iguales y aunque las marcas de calzado parece que piensen diferente, la mayoría de ellas solo tienen como variación  la talla. Pero para saber si nos sirve X calzado o no, tenemos que mirar muchas más cosas. Necesitaremos aprender a diferenciar las virtudes y defectos de cada calzado, y que tendremos que hacer para adaptar nuestro calzado a nuestro pie si es que cabe esa posibilidad.

LA BASE

1º Talla de pie.

Si escoges uno más pequeño notarás incomodidad en todos los dedos porque estarán apretándose en recto hacia el centro del pie al igual que el talón,  si escoges una talla más grande puedes arreglarlo si solo es un pelín más que tu talla poniendo plantillas gruesas, pero si no es así el pie no tendrá superficie contacto en la superficie interna  de la bota  y bailara atrás y adelante o peor aún, en una escena de intensidad el cazado se clavara al suelo pero no tu pie y atravesaras la bota con tus dedos.

2º  Lo ancho que es el pie al posarse peso en él.

La horma, si tienes una horma como la de un tirano-saurio de ancha, notarás que es tu talla pero que te estrangula lateralmente el pie, esto es porque esa bota está fabricada con una horma inferior a la tuya. Esto es peligroso ya que tu dedo meñique estará demasiado salido en referencia a la suela y puedes golpearlo frontalmente contra algo duro, Busca suelas que se parezcan a la forma de tu horma y desecha el calzado que no se parezca.

3º  Lo alto de tu empeine.

La parte central del pie que une el talón con la parte frontal de este, si tienes un empeine muy alto tendrás problemas pero puedes arreglarlo hidratando esa parte del calzado antes de usarlo para que el material se dé de si hasta donde pueda. Ten cuidado con esto ya que si pones plantillas elevas todo el pie unos milímetros, y quizás no puedas hacerlo porque romperías el fino equilibrio que explicaremos más adelante.

Sabiendo esto podemos comparar mejor a simple vista si la suela concuerda con nuestra horma (la talla te la dicen todos los fabricantes) y si tu empeine estará cómodo en el espacio que ves que le ha dejado el fabricante.


Por R. Marco Paredes

Calzado

Yo suelo tener de dos tipos, el de paseo y el de intensidad.

Uno más pensado para actividades sociales y otro para soportar actividades físicas de intensidad (como correr por un bosque o un combate).

El material del que está hecho cada componente de nuestro calzado y la forma que tiene nos dirá si cumple con nuestras necesidades.

1º La suela.

Lo idóneo es que tenga  más de 1 cm de grosor, buscamos que sea flexible, pero ni muy blanda, ya que una piqueta mal puesta podría atravesar y dañar nuestro pie, ni muy dura, para poder tener movilidad y un mejor acolchado en el impacto al andar, poder mover la bota sin causarnos dolor y sobre esfuerzo es súper importante (el sobre esfuerzo hace sudar al pie en exceso y eso sólo nos causará problemas)

Si vamos a realizar una actividad intensa en terreno agreste, necesitaremos una suela un poco más dura y gruesa que la que usaríamos para un calzado de paseo, buscando evitar el dolor que provoca estar todo el día pisando piedras.

En el calzado de intensidad encontrarás una gran diferencia entre ir con botas enfocadas al LARP      (aunque sean estéticamente lo que necesitas) y botas de montaña. No siempre es así pero, en el calzado  de montaña suele ser que cuanto más caro menos daño te harás en las articulaciones al correr y saltar. Busca suelas con tecnología “vibram” a ser posible y si no son acordes a la temática del evento, camuflarlas todo lo que puedas, lo mejor que puedas.

2º El material del que está hecho el resto de la bota.

Si tiene materiales sintéticos transpirara menos y no dejará escapar el calor suficiente, eso elevará la temperatura de nuestro pie y hará que el pie sude más y sea más propenso a darnos problemas tales como ampollas y hongos. Por ejemplo, una zapatilla traspirara mucho y una bota de goma no traspirara nada. Muchas botas de montaña tienen tela especial y componentes que impiden que entre el agua, estas retienen más calor que una de tela sin esta tecnología por lo general (además de pesar más  ya que es una tela especial), pero transpira más que una de cuero.

La forma de la bota determina que puedes hacer con ella, por ejemplo una bota diseñada para la hípica no nos sirve ya que no tendrá las costuras en los lugares destinados para correr o andar, ni se adaptara bien al pie al flexionarlo y su suela no será lo bastante dura para  andar sobre piedras sin sentir dolor. Tenéis que saber diferenciar cada calzado para que está destinado.

3º Los cordones o correas con o sin hebillas.

Siempre he tenido una mejor sensación usando cordones planos, pero lo que importa es que sepamos usarlos, pues en ellos está la clave. Si el calzado no dispone de un sistema de ajuste a nuestro pie recomiendo añadir algo que sujete la caña de la bota a la pierna al menos, por ejemplo una pieza de armadura o una tela enrollada o una cuerda que haga de correa y hebilla

Debéis de saber que al final de los cordones tenéis que hacerles un nudo para generar un tope por el cual impediremos que pueda pasar el final del cordón por los ojetes de la bota cuando nos las queramos poner.

Lo primero, aflojamos al máximo todo lo que nos permita el cordón (hasta que la cabeza que hemos hecho haga de tope con el ojete), colocamos el pie en la postura que ha de ir y vamos apretando en paralelo desde la punta del calzado hasta el final de la caña de dos en dos los cordones. Lo apretaremos con la fuerza que podría hacer un pájaro, suave y sin prisas, mejor pasase de suave que pasase de apretado. Ya que en cuanto estemos de pie y andando un rato los músculos del pie se hincharan y ganaremos volumen dejándonos exactamente como deseamos que este la bota, justo lo suficientemente apretada para ser segura y no torcernos un tobillo y lo suficientemente holgada como para que no nos apriete limitando nuestro movimiento. Ha de quedar como un guante, ni apretado ni suelto, en su punto.

Cuando tengamos el cordón en su punto cogeremos todo lo que sobra y haremos un nudo simple de pasar un cordón por encima del otro y apretaremos suavemente casi sin fuerza alguna, pasaremos los cordones alrededor de la caña hasta tener suficiente para repetir otro el nudo igual 2 veces y que nos sobren además 4 dedos de cordón, ahora pasamos lo que nos sobra de cada cordón como si una serpiente se enroscase alrededor de los cordones que están rodeando la caña.

Las hebillas en calzado suelen ser menos resistentes y no pueden soportar una gran tensión normalmente, encontrar en ellas ese fino equilibrio es aún más difícil ya que jugamos con agujeros hechos en cuero, tendrás que medir exactamente donde hacer nuevos agujeros seguramente después de ponerle las plantillas.

4º Las plantillas.

Tenéis que comprar siempre plantillas además del calzado. Podéis encontrar de tres tipos, las de tela, que son una basura y son las que normalmente trae el calzado y a veces ni eso, las de gel y las de goma, Las de gel generan más calor en el interior del calzado que la de goma y al pisarlas se aparta el gel para amoldarse al pie mejor pero acorta el grosor entre el punto más pesado del pie y la suela al apoyar, evitará el impacto en esos puntos peor que la goma ya que la de goma acolcha uniformemente. Las de gel son útiles si tenemos poco espacio con el que jugar dentro de la bota ya que con un grosor fino acolchan más que una de goma del mismo grosor. Pero es preferible tener más espacio y poner una de goma gruesa o incluso una de goma y debajo una de gel.

5º El calcetín

Cuanto más grueso más sudara nuestro pie, pero a veces tenemos que ponernos uno un pelín más grueso que los finos porque aún no tenemos el calzado domado y roza. Para domar un calzado duro ponte un calcetín ni fino ni grueso, e hidrata toda la bota de piel con grasa de caballo en abundancia antes de ponerte a andar y cuando termines de usarlas otra vez.

Siempre el calcetín ha de terminar por lo menos 3 dedos más alto que el final de la bota, si nos bajará y será muy incómodo.

Si es de tela la bota asegúrate de que puedes meterlo en agua caliente antes y mojarla con agua caliente, el porcentaje que tenga de algodón encogerá y se adaptara mejor a la forma de tu pie rozando menos el calcetín.

6º El peso

Un calzado pesado nos hará gastar más energía al moverlo y por lo tanto sudaremos más, cuanto más gruesa la suela más pesada será, cuanto más caña tenga el calzado más pesara y cuanto más grueso sea su cuero más pesará. Pero no podemos ir con bolsas de basura en vez de zapatos, todo tiene su límite. Debéis de aventuraros y comprar botas de diferentes tipos para verlo por vosotros mismos esto. 


Por R. Marco Paredes

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